Ahora sí que lo entiendo: ser políticamente
correcto es tener en más alta consideración la sensibilidad que la verdad. Lo
escuché de labios de un humorista norteamericano hace unos días y por fin lo vi
claro. Es decir, te callas para no “herir la sensibilidad” de los grupos
ideológicos dominantes y de paso callas también la verdad. Mal asunto.
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