jueves, 20 de diciembre de 2018

El juego de las miradas


En la puerta del aula de informática hay un retrato de Manuel María, un poeta gallego. Desde mi mesa de trabajo, si lo miro me mira y si no también. Como no soy animista no me siento observado pero si lo fuera no me importaría porque su mirada es amable aunque incisiva. Salgo de la oficina para ponerme justo enfrente de él y compruebo que también me mira. Diría que me sigue con la mirada. Creo que me gustaría ser animista durante un rato para sentir que es así. Jugaríamos al juego de las miradas.

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