Al abrir las ventanas, el aire fresco entra en tromba y barre
todo el calor que se había acumulado dentro de casa, como un oportuno arcángel
san Miguel a la caza de un espantable satanás. La corriente de aire es el golpe
alto que, cuando menos se lo espera, entra a saco en los hornos del verano y
los vacía de su fuego.
1 comentario:
Iría bien una tromba de esas , por aquí
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