jueves, 7 de junio de 2012

Mi padre, emocionado


Supe hace nada que, cuando llegó María con la noticia de que había aprobado la oposición de magisterio, mi padre marchó a la granja para que nadie lo viese emocionado. Esto me trajo el recuerdo de otras dos emociones que contó el mismo. Fueron en Venezuela, donde estuvo emigrado algunos años. La primera se la produjo en más de una ocasión el sonido de la gaita. La segunda, que ya fue lloro, tras tener noticia de que una perra a la que quería mucho se había muerto. Casi se disculpaba al contarlo, como si no mereciese esas lágrimas.

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