Es inevitable: el factor
humano, es decir el factor “yo”, se interpone siempre y lo abstracto perfecto
se convierte siempre en lo concreto imperfecto. Mejor así, claro.
jueves, 30 de enero de 2014
miércoles, 29 de enero de 2014
Homilías
Me irritan las homilías que
enseguida escapan del texto de las lecturas para decir cuatro generalidades:
que Dios nos ama, que hay que tener fe, patatín, patatán. ¿Por qué no se fijan
en algunas de las palabras, en algún personaje, quedando a su ras, recreándose
en ellos, esculpiéndolos?
martes, 28 de enero de 2014
Aguafiestas
Para
una vez que habla va y le fundo los fusibles. Tuvo razón P. cuando me dijo que
tendría que haberme mostrado de acuerdo con él pues tenía razón en lo que dijo.
En cambio encontró mi regañina, un jarro de agua fría. Por eso ayer,
cariacontecido, sin fuerzas, apenas tuvo voz para responder una pregunta de R.,
que había sido el motivo de nuestra disputa.
lunes, 27 de enero de 2014
En un sobresalto
¿Puede uno perder, en un sobresalto, la
destreza de vivir y quedar desarmado, exangüe?
(El resplandor)
(El resplandor)
sábado, 25 de enero de 2014
viernes, 24 de enero de 2014
Lo que el mundo regala
La vista, el oído, el tacto se sienten
reclamados, sacados de sí, para obtener lo que es suyo, lo que el mundo regala
y no regatea, lo que porque es visto, porque es oído, porque es tocado alcanza
toda su plenitud.
martes, 21 de enero de 2014
Trueno de la sabiduría
A la piadosa señora el “trono” le parecía poco:
Virgen fiel, Espejo de justicia, “Trueno” (sic) de la sabiduría, Causa de nuestra alegría, Vaso espiritual...
lunes, 20 de enero de 2014
El rostro del Espíritu Santo
El Espíritu Santo es aire, es fuego, es
agua, pero ¿y su rostro? ¿Cuál es su rostro? ¿Acaso una reverberación
inescrutable de los rostros del Padre y del Hijo?
sábado, 18 de enero de 2014
La tercera parte de nuestra vida
“El dormido no es vil”, escribió Jorge
Guillén. ¿Podemos entonces decir que somos buenos durante esa tercera parte de
nuestra vida que pasamos durmiendo?
viernes, 17 de enero de 2014
El caballerito de Dios
El caballerito de Dios se levantó, se puso la chaqueta polar,
hizo pis, se enjuagó los ojos, bajó a la cocina, encendió la tele, tomó una
cucharada de aceite de oliva, un kiwi y un vaso de agua templada, puso a
calentar la leche en el microondas, fregó lo que había quedado del día
anterior, le echó azúcar y café soluble a la leche caliente, puso en la mesa
las galletas, los cereales y las pastillas, se sentó, desayunó y limpió la
cubierta vitrocerámica de la cocina de leña.
El caballerito de Dios subió a su habitación, se sentó en la
butaca, estuvo en silencio durante quince minutos, rezó un padrenuestro y un
ave maría, leyó el evangelio del día, se vistió, hizo la cama, preparó su
bolso, bajó de nuevo a la cocina, le dio los buenos días a su madre, tomó otro
vaso de agua templada, se enfundó el anorak, los guantes y la visera, se puso
los auriculares, se despidió de su madre y marchó al trabajo.
El caballerito de Dios...jueves, 16 de enero de 2014
En horas pobres
En horas pobres cuento un cuento pobre,
rudimentario, sin fibra. Todo lo que hay es un hueso ya muy pelado, que uno
sigue royendo. Se ve uno lanzado al ruedo de la vida sin guión para contar, sin
letra para cantar.
¿Nos quejaremos por los días de nuestra vida
que no tienen épica, ni lírica, por “las desesperantes posturas que tomamos
para aguardar” (Antonio Machado)? Pero “la vida es la zarza ardiente al borde
del camino donde Dios da sus voces” (Ortega y Gasset), también la vida pobre,
la vida que no arde.
miércoles, 15 de enero de 2014
La clase política
¿Es un mal síntoma que exista la expresión
“la clase política” porque indica que los políticos constituyen lo que de
ningún modo debieran constituir: una clase, un estamento social? ¿Significa
esto que, emergiendo como grupo dentro de la sociedad, acaban corporeizándose
fuera de ella, muy fuera de ella, y hasta contra ella en casos extremos? ¿Cómo
se ejerce el poder no estando nunca “sobre” la sociedad sino permanentemente
“en” ella?
martes, 14 de enero de 2014
Siempre está el se
Más allá del ojo abierto, fuera, no encuentras nada. ¿Lo encontrarás más acá, dentro?
Pero todo descubrimiento exterior, ¿no es simultáneamente un descubrimiento interior? El hombre, al descubrir lo de fuera, ¿no descubre siempre lo de dentro?
El hombre es siempre un se: al encontrar, se encuentra, al buscar, se busca, al amar, se ama. Después hay acentos, claro, gradaciones, pero siempre está el se. En realidad todo es bastante simple: el hombre, en definitiva, no es una cáscara.
sábado, 11 de enero de 2014
La plata nocturna y el oro diurno
Se beneficiaron mutuamente, la plata nocturna y el oro diurno,
comandando cada uno las horas de su etapa.
El sol, lejos de parecer derrotado, magnificó su esplendor mientras se acercaba el solsticio de invierno.
viernes, 10 de enero de 2014
Buscar, esperar las palabras
Es importante que caiga la mandíbula, que
los dientes no se cierren, que la lengua permanezca flotando, que nada en el
rostro anuncie una tensión interior. La búsqueda entonces, o la espera -son lo
mismo-, se sitúan en la posición correcta, donde únicamente se atrapa aquello
que viene libremente, sin prisas, sin coerciones, de visita primero y para
quedarse después. Sólo así las palabras se escriben sobre el papel.
jueves, 9 de enero de 2014
Si uno quiere
Si los 18 años que pasó en
la cárcel le sirvieron al asesino de Anabel Segura, Emilio Muñoz Guadix, uno de
los beneficiados por la anulación de la doctrina Parot, para decir lo que dijo:
“Si uno quiere ser malo, es malo, y si quiere ser bueno, es bueno” ya le han
servido de mucho, de muchísimo en realidad. Esta frase, y mejor si es dicha por alguien que ha cometido un gravísimo mal, ventila de un plumazo
todas las consideraciones acerca de que el hombre no es libre, que no existe la
culpa, etc., etc. No existe un más allá del bien y del mal: se está en el bien,
se está en el mal, o se está en el bien-y-mal, porque existe la voluntad de
estar en un sitio u otro y la libertad para hacerlo. Lo demás son mamonadas.
miércoles, 8 de enero de 2014
La amistad
La amistad tiene sus bajadas
de tono en las que se pierde músculo afectivo. Pero no pasa nada porque pasan y
se recupera el entusiasmo.
lunes, 6 de enero de 2014
El hombre y sus novelas
No tardé ni medio segundo en darme cuenta de que no estaba en sus cabales. Pedía una ayuda, preguntaba dónde había una cafetería cercana, quería cargar la batería del móvil. Mientras subía las escaleras a buscar a mi habitación algo de dinero, lanzó un “¡soy jesuita!”. “¿Es usted jesuita?”, le pregunté yo después. “Tuve una educación jesuita. Vengo haciendo el camino de Santiago y después volveré a Roma”. Todo esto con una voz viva, de acento indefinido. Era alto, de tez morena y un tanto arrugada; aparentaba unos sesenta años y tenía los ojos azul claro, de fondo incierto, algo turbio quizá. Llevaba a sus espaldas una mochila. “Estoy limpio y aseado, ¿ves? Si sacas una silla y te sientas podremos hablar; llevo siete horas sin hacerlo; tienes que estudiar; podrías ser mi hijo, etc., etc.” Hubiese continuado hablando sin parar si le hubiese dejado.
Cuando salí un poco más tarde vi que abordaba a otro en la calle, seguramente con una historia distinta pues llegó a mis oídos un “cumpleaños”. No fue poca mi sorpresa al verlo comulgar en la misa. No pude evitar señalárselo a mi hermana María con toda rapidez y decirle que el tipo estaba loco y que me había montado una pirula.
Mi hermana Lucía, según me contó más tarde, había sufrido también su abordaje aunque esta vez el tipo no había salido económicamente beneficiado.
“Por donde quiera que el hombre vaya, lleva consigo su novela” (Benito Pérez Galdós). Éste la llevaba, y no una sino varias.
sábado, 4 de enero de 2014
Hermosa como un sol
Muy segura de su palabra, la
emplea con envidiable facilidad, que es suprema felicidad para quien la
escucha, sin titubeos, sin parones, sin iniciales tartamudeos. Le sale como un
chorro de agua, que puede cortar de tan límpido, fresco, certero, habilísimo.
Que mujer más inteligente, lista, simpática, y hermosa como un sol.
viernes, 3 de enero de 2014
El refugio
Me gusta ese pequeño refugio
que nos construimos con la ropa cuando llega el invierno: para la cabeza el
gorro, para el cuello la bufanda, para las manos los guantes, para el cuerpo
todo el abrigo, para los pies los zapatos. Uno se echa a la calle enfundado en
esta íntima cabaña.
jueves, 2 de enero de 2014
En santa discusión
De discutir, habría que
discutir como un santo, sin arañar parcelas para el “yo”, con “una mente
humilde, modesta, calma, pacífica, paciente, caritativa, amable, tierna y
compasiva” (Tomás Moro). Y, por seguir con el mismo santo, atendiendo a una de
sus bienaventuranzas: “Felices ustedes si saben callar y ojalá
sonreír cuando se les quita la palabra, se los contradice o cuando
les pisan los pies, porque el Evangelio comienza a penetrar en su
corazón”.
miércoles, 1 de enero de 2014
Recuerdos y olvidos
Entre el recuerdo exacto y
la total falta de recuerdos está toda la gama intermedia, aquello que, más o
menos, se recuerda. Así, en unas memorias leeremos “recuerdo con toda claridad”,
“creo recordar” o “si mal no recuerdo” y “no recuerdo nada” o “lo he olvidado
por completo”. Todo esto hace que uno de los títulos de memorias que más me
gusta sea Recuerdos y olvidos, de Francisco
Ayala, y también Lo que sé de mí, de
Shirley MacLaine, que podríamos convertir en un “lo que recuerdo de mí” y “lo
que de mí he olvidado”.
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