El “no juzguéis” de Jesús debe entenderse,
creo yo, como un “no pronunciéis la última palabra, la definitiva, sobre nadie
porque esta solo le pertenece a Dios”. Las que nos está permitido pronunciar son
las palabras penúltimas, las humanas, las nuestras, con las que necesariamente
hemos de juzgar, calibrar, ponderar, valorar, etc., personas y acciones.
miércoles, 22 de julio de 2015
jueves, 16 de julio de 2015
Varia
Durante la infancia tallamos la raíz que nos sostendrá el resto de nuestra vida.
Unos para otros somos señores y siervos a un tiempo.
Unos para otros somos señores y siervos a un tiempo.
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