El baldosín cocido, granate y gastado, del balcón. Nada podría
irle mejor que unos geranios rojos, pensó mi madre, y acertó. Tres maceteros
sostienen tres macetas que sostienen tres geranios. El pétalo caído debiera
poder estar un tiempo sin ser barrido: sobre el baldosín luce, y luce el
baldosín gracias a él. Al cabo marchito el uno, gastado el otro, dan lecciones
de madurez.
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