viernes, 30 de diciembre de 2016

Raros, raros

Los seres humanos somos raros, raros, tanto que nunca esperarías que una mujer, solo “vestida” con cuerdas, tras declarar ante la cámara del director austríaco Ulrich Seidl en el documental En el sótano, que le pone el sadomaso, diga también que ¡trabaja en Cáritas para luchar contra la violencia de género! Al oírlo, tanto se me arquearon las cejas que casi me salen disparadas hacia el techo. Pero no era el suyo ningún capricho flâneur. De dos matrimonios había salido literalmente apaleada y tuvo claro que iba a luchar contra esta lacra. Que, además, de resultas de ello, le quedará un gusto por el sadomaso ya es para echarse más bien a llorar.

martes, 27 de diciembre de 2016

El viejo continente

Me resulta desolador comprobar cómo, a pasos agigantados, Europa se convierte cada vez más en un inmenso geriátrico. Esta pirámide poblacional a la inversa forzosamente ha de caer hacia un lado o hacia otro. Me gustaría que hordas de infantes, niños, adolescentes y jóvenes de toda raza y condición nos invadieran pacíficamente de modo que la base de nuestra peligrosa pirámide invertida fuese engordando cada vez más por abajo hasta que la parte de arriba quedase de nuevo bien sostenida. O, ya a la desesperada, que tras deliberación y propuesta del Parlamento Europeo, la Comisión Europa alquilase millones de vientres de mujeres necesitadas para que gestasen y pariesen los niños que el Viejo Continente precisa para que dejase de ser precisamente eso, un viejo continente...

jueves, 22 de diciembre de 2016

No sus derechos sino nuestra obligación

Los animales no tienen derechos porque no están en condiciones de exigirlos. Lo que sí obtienen es nuestra obligación de cuidarlos y evitarles sufrimientos innecesarios. Hablar de “los derechos de los animales” es una inexactitud filosófica pero a los animalistas “inexactos” no parece preocuparles esta nimiedad y entienden que solo otorgándoselos queda garantizado su bienestar. Si tuvieran el gusto por el matiz, en definitiva, por la verdad, entenderían que no se puede quebrar impunemente la escala ontológica y axiológica y laminar al hombre para que baje de su falso puesto superior y quede a la altura del resto de los animales. Así perdemos todos, porque bien pudiera ocurrir que llegara el día en que salvar a un perro antes que a un niño, si se diera el caso de que solo pudiésemos salvar a uno de los dos, no fuese la mayor de las indecencias.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Más grande, más pequeño

¿Qué significará en el cielo eso de ser más grande o más pequeño? De entrada, rica variedad, claro. Después, ya no lo sé. ¿Más grande o más pequeño que quién seré yo, si Dios tiene a bien llevarme junto a él?

sábado, 17 de diciembre de 2016

El gallo, el gato

¿Hace kikiriki el gallo? Hace kikiriki mi madre. ¿Hace miau el gato? Hace miau mi madre. Así los tiene de su mano, cantarines y gozosos.

jueves, 15 de diciembre de 2016

La vida manda

En el improbable caso de que, cuando tenga setenta, ochenta o noventa años, un editor despistado me pidiera que publicase lo escrito hasta ese momento en mi blog, yo le diría: “De acuerdo, pero con una condición: el título, sí o sí, será La vida manda”.

martes, 13 de diciembre de 2016

Patente de corso

Hay personas tan buenas, tan buenas, que se les podría dar patente de corso porque nunca la utilizarían.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Bizarros sueños

Si duermo mal, la posibilidad de tener un sueño extraño y rarísimo es bastante alta. Como lo de la lluvia de la entrada anterior, también esto me ocurrió en Madrid. Y dice así (el sueño): Estoy durmiendo y me despierto porque oigo ruidos. Veo entonces que la mujer de la limpieza está dentro haciendo lo suyo, cosa rara, porque es tempranísimo y además ha entrado sin llamar. Le largo un ¡pero bueno! y al instante, al lado derecho de mi habitación, se descorre la pared y aparecen más personas, que parecen estar asomándose a otra habitación. Me entero entonces que en este otro cuarto se graban tríos sexuales. Escandalizado, me voy a toda prisa a recepción para pagar y marcharme cuanto antes. El recepcionista me dice que, dentro del pago, se incluye la compra obligatoria de una salchicha o cosa parecida. Yo le largo un ¡ni de coña! y, furibundo, salgo pitando a la calle en busca de un policía especialista en cuestiones de consumo. Cuando estoy a determinada altura de la calle empinada que estoy subiendo, me vuelvo y veo que se ha formado una auténtica algarabía enfrente del hotel. Me parece atisbar que entre la multitud hay policías. Regreso y lo que descubro es que, tras salir yo, el recepcionista, para atraparme y hacerme pagar, había hecho lo mismo. Al comprobar que no iba a lograr pillarme, había llamado a los guardianes del orden. Aquí ya no recuerdo muy bien lo que pasó, pero es posible que me hubiese liado a tortazos con unos y con otros.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Madrid in the rain

¡Madrid in the rain! Siempre me había encontrado un Madrid cubierto por un majestuoso cielo azul y tuvo que ser precisamente la vez en que Don Francisco, mi médico, se despidió de mí porque deja la consulta para “dedicarse a otras cosas” (¡con 92 años!) la que me permitió disfrutar de un Madrid con lluvias abundantísimas, cosa que nunca antes me había ocurrido. Me encantó pasear por sus calles bajo un pequeño paraguas y sentir cómo los fondos de mis pantalones y mis zapatos se mojaban cada vez más. Ni el musical El rey León, ni la exposición Renoir: Intimidad, ni la obra de teatro La última sesión de Freud, ni Hitchcock, más allá del suspense, me gustó tanto como la sacudida que me propinó un Madrid por fin lleno de lluvia.

martes, 6 de diciembre de 2016

El viejo rockero

Nadie muere hasta que muere, ni el viejo rockero, ni el viejo poeta, ni el viejo maestro, ni el viejo actor, ni el viejo padre, ni el viejo cura... Los queremos en activo, hasta el final, siempre con las botas puestas.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Álbumes

Cuando me canso de leer, una de las cosas que ahora tengo a mano es componer álbumes con las fotos de mis viajes. Internet ofrece miles de sitios para hacerlo y yo caí un buen día en blurb.com y en él sigo. Combinando plantillas, bordes, colores y diseños distintos, he ido colocando fotos en las sucesivas páginas de cada álbum, buscando unas veces contrastes y otras veces complementariedades, siguiendo unas veces un orden cronológico y otras saltándomelo, y no dando nunca ningún tipo de indicación sobre el lugar o el monumento fotografiados. Son álbumes puramente visuales y para nada informativos. No quiero dejar constancia de que estuve en tal o cual sitio sino hacer algo con esas fotos que me he traído y que, normalillas como son, encuentran en el modo como las ajusto una suerte de redención artística.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Operación rescate de tío 2

Hubo una “Operación rescate de tío 1”, en la que nos trajimos a nuestro tío Luis, cura mercedario, desde Sevilla hasta el monasterio de Poio, aquí en Pontevedra, una vez efectuadas las debidas diligencias telefónicas. Está en ciernes una “Operación rescate de tío 2”, mucho más laboriosa que la primera, pues esta vez habrá que ir a Puerto Rico, donde a la sazón se encuentra mi tío Perfecto, sacerdote ex-mercedario y hermano del primer rescatado, en estado de “demencia severa”, según nos comunicaron por teléfono. De momento se encuentra en la residencia “Hogar Santa Teresa Jornet”, sita en San Juan, al cuidado de las Hermanitas de los ancianos desamparados. Mi madre ordenó su inmediata evacuación, pues quiere que muera aquí, sabiendo además que él mismo había expresado su deseo de venirse para España cuando cumpliese ochenta años, cosa que, de ocurrir, tendrá lugar el año que viene. Lo que complica todo el asunto es que hay que conseguir un poder que habilite a quien (más bien quienes) vaya allá a disponer de sus bienes en calidad de tutor legal. Y en estas estamos, en pleno frenesí burocrático, muy ayudados desde allá por el padre Tomás, que está recabando cuanta información pueda sernos útil.