Si Duchamp hubiese puesto un váter en aquella famosa muestra de
arte y no un urinario no habría llovido lo que después ha llovido, porque el
primero es más bonito y además polifacético. El urinario sólo sirve para una
cosa pero el váter sirve para más, eso sí, si uno se sienta en él, pues no le
gusta la gente que anda con prisas y nunca se sienta. Tampoco le gusta que lo
dejen con la tapadera levantada pues precisa como todos de sus momentos de
intimidad.
3 comentarios:
En la Walker Gallery, en Liverpool, en una de las salas del s. XX hay expuesto un váter que es un instrumnto musical y se ha hecho para él alguna composición. Por un lado es un instrumento de cuerda, casi una lira en su asiento de madera cuya caja de resonancia es la taza real del váter y creo recordar que también un instrumento de viento. Tenía dos nombres: "arpicmonium" o algo así era uno. Era muy divertido. Si pulsabas un botón a la derecha sonaba una grabación de una brevísina interpretación musical hecha con tan extraño instrumento.
Una "obra de arte" muy divertida y poliofacética.
Vaya, mira tú hasta donde llega su polivalencia...
Jajajaja Qué desastre soy. Es que no sé manejar las teclas del teléfono.
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