Conducir de noche por carreteras poco transitadas
es siempre hacerse cómplice del coche que aparece por detrás o al que tú
alcanzas por delante. Si durante un tiempo prolongado vais juntos uno detrás
del otro se establece un vínculo invisible. En el momento en que uno de los dos
alcanza su destino o prosigue en otra dirección, una pena surge por ese tiempo
compartido que ha llegado a su fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario