miércoles, 11 de abril de 2012

La mujer pantera


El beso era su primer mordisco, el que anunciaba los que vendrían después, cuando ya se hubiese convertido en felina, como si besar fuera ya morder y morder continuase siendo un beso. En un crescendo del que nos informa el poeta -“mirar, tocar, besar, lamer, morder” (Félix Grande)-, su deseo terminaba siendo antropófago, caníbal, desgarrando y engullendo el cuerpo del deseado.

(Inspirado en La mujer pantera, de Jacques Tourneur).

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