Por un
lado la nieve, como paisaje de fondo, por el otro una mujer policía en avanzado
estado de gestación: dos mansedumbres que, como sendos diques, contienen y
encauzan el reguero de sangre que es Fargo,
la famosa película de los hermanos Coen. Es por eso el personaje que interpreta
deliciosamente Frances McDormand, el que, aun a pesar de no tener respuesta
para tanta sinrazón homicida, se alza como vencedor frente a la esfinge de
sangre, pues lleva en sus entrañas un nuevo ser y con él todas las razones que,
engendradas por el amor, sostienen y atenúan las perplejidades de la vida.
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