sábado, 28 de abril de 2012

Dios delante


Me cruzo muchas veces con camiones que llevan escrito en la parte superior de la cabina del conductor estas dos palabras: “Dios diante” (Dios delante). Le hubiese gustado a Hans Urs von Balthasar, el cual, en su libro Quién es cristiano, criticaba la tendencia de ciertos cristianos a dejar a Dios “detrás, a la espalda”, como el trampolín en el que uno se apoya para pegar el salto pero que después se deja un tanto olvidado, porque se cree que no se le necesita cuando ya se tienen las manos hundidas en la masa del mundo. Por contra un “Dios ante nosotros”, como dice Balthasar, o el “Dios delante” del camionero, nos saldría al paso de nuestro olvido o de nuestra manipulación, en cada recodo del camino. No se es hijo por tener un padre al que sólo querríamos como retaguardia a la que acaso volver, sino también como única y querida vanguardia, la sola ruta posible delante de nuestros pies, ruta que al mismo tiempo es meta y casa.

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