Recuerdo una entrevista impresa de hace muchos años a Fernando Fernán Gómez, cuyas preguntas, casi todas no referidas a sus actividades habituales, fueron contestadas del siguiente modo: “Lo siento, no tengo suficiente información sobre el tema y por lo tanto me abstengo de responder”. Y así, una tras otra. Fue tronchante. Ignoro en qué medida pretendía ser un borde y en qué medida no, pero a mí ese día me ganó para su causa, porque el entrevistador parecía un enviado de las Naciones Unidas deseoso de obtener respuestas precisas de nuestro prócer acerca de todos los problemas mundiales habidos y por haber.
Evidentemente, de seguir esta actitud a rajatabla nunca hablaríamos de muchos problemas que nos preocupan a todos y de los que nunca tendremos información suficiente, pero no vendría nada mal una dosis diaria de ella en según qué pronunciamientos, muy afectados de orgullo y muy poco de conocimiento. Yo tengo días en que lamento no haberme tomado un bote entero.
Evidentemente, de seguir esta actitud a rajatabla nunca hablaríamos de muchos problemas que nos preocupan a todos y de los que nunca tendremos información suficiente, pero no vendría nada mal una dosis diaria de ella en según qué pronunciamientos, muy afectados de orgullo y muy poco de conocimiento. Yo tengo días en que lamento no haberme tomado un bote entero.
2 comentarios:
Yes. Queda el consuelo de que cuando patinamos aprendemos más, o más de golpe.
Me caigo por ignorante, y, al levantarme, ya lo soy un poco menos.
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