¿Do fuir de las inclemencias del tiempo para, como un gato encerrado, pensar la cosa en sí sin más apoyo que una caña y la luz hialina de un fanal? ¿A un jardín de pólvora con tejado de vidrio, a los hemisferios de Magdeburgo, para ser el caballero asentado sobre su punto fijo, la manía de pensar las cosas más extrañas, locuras sin fundamento? Apenas sensitivo, dentro de una nube, semana tras semana con sus siete y nada modernos días vive troppo vero.
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