Te encontrará en lo escarpado, en la selva, en medio del polvo, tirado en el desierto. En lo difícil te hallará, donde tú estés perdido, sin rumbo, triste hasta la muerte. Ahí te saldrá al encuentro porque Él es el Señor de los Abismos, de las terribles hondonadas, de las simas cuyo fondo no divisa la mirada del hombre. Lo terrible está en él y en él se amansa, se vuelve quietud, sendero imposible que ahora es posible, porque él lo ha pisado y lo ha hecho suyo. Nuestros caminos son sus caminos y, cualquiera que sea el que recorran nuestros pasos, nos llevan a él, todos.
5 comentarios:
Me ha encantado tu poema, tu oración.
Un abrazo
Jesús
(Te invito a visitar mi blog)
http://jesusapariciogonzalez.blogspot.com/
Gracias, Suso. Es precioso. Y me ayuda.
Gracias, Jesús, Lolo. Un abrazo.
Así sea. Muchas gracias.
A ti Cristina, a ti.
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