Cuando, con el cambio de tiempo, ya no es posible pasar las tardes leyendo en el patio, bajo los kiwis, y vuelve uno a la habitación y al flexo, se desea que avance la tarde y anochezca, pues entonces es cuando el cono de luz se nota más y con ello la sensación de estar aislado en él, protegido, viviendo en otro mundo, uno de ángeles guardianes y elegantes mecedoras.
(Y aquí, Felina)
(Y aquí, Felina)
4 comentarios:
A mi me pasa lo mismo... la pena es que yo lo haga porque tenga que estudiar...
Saludos
Saludos, Antonio.
Me parce precioso, como expresas la manera que tienes de aislarte,para saborear el arte de leer y escribír.
Un placer leerte
Gracias, Maripaz.
Publicar un comentario