Son obsesiones las ideas o imágenes sobre las que no se tiene ningún poder. Nunca encuentran cerrada la propia mente. Se adentran hasta la cocina y acampan a sus anchas, como amas del lugar. Uno, mientras tanto, asiste a su emplazamiento y daño, en el mejor de los casos con resignación y en el peor, desolado. Con el paso de los años es posible que se logre algo parecido a una entente, ya sea porque han perdido ellas algo de su mordiente, ya porque la casa de uno se ha hecho más fuerte.
1 comentario:
Obseciones imposibles e imaginarias, que albergan nuestro interio, como los sueños de Prometeo que no podían evadir la realidad.
Publicar un comentario