En breve cumplirá 87 años y sigue ejerciendo su especialidad. Yo llevaba un tiempo pensando que cualquier día se nos moría y sus pacientes quedaríamos huérfanos. ¿Qué sería de nosotros? Yo quería saberlo. En mi última visita me atreví a plantear la cuestión. “Verá doctor, esto, no sé como decirlo, tal vez me muestre muy osado -aquí, cierta cara de susto en el doctor-, en fin, no sé”, y así durante un rato, dando vueltas. “Mire, usted ya tiene una edad, y me pregunto que será de sus pacientes. Sé que es un atrevimiento por mi parte, perdóneme…”. “Tranquilo, no se preocupe. Yo estoy bien pero entiendo su inquietud. Tengo discípulos, y usted, con su camino recorrido, no tendría que empezar de cero. Sabría poner al corriente de su situación a quien le atendiera”. “Gracias, doctor”, e hilvano otro ristra de excusas. Al fin, ¡uf!, fui capaz de decirlo. “Desde luego fuiste muy atrevido, me dijo alguien, pero hiciste bien”. Esa tarde, y ahora me río, fui su memento mori.
2 comentarios:
Puede que, con su edad, fuera su 'memento mori' compartido, que no suelen tener muchos. Yo creo que ellos recuerdan, que lo tienen presentísimo, que son los que se quedan los que lo convierten en tabú. Quizá él tampoco sabía cómo decírtelo... ¿No habrías empezado por contestarle "pero qué cosas dice, si está usted estupendo, a lo mejor me muero yo antes, etc."?
Le quitaste un peso de encima, Suso.
Hmm, no sé. Hay gente que tiene un estupendo no-miedo a la muerte. Este psiquiatra me parece uno de ellos.
Pero cabe, sí, que sea cierta tu interpretación.
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