Para sentirme a gusto conduciendo necesito respetar los límites de velocidad, no acelerar ni frenar bruscamente, pasar de una marcha a otra con suavidad, permitir en los pasos de cebra que los peatones lo crucen, mantener la distancia de seguridad, no hacer adelantamientos arriesgados, dejar a los conductores que entren o salgan de sus garajes y que se incorporen a la vía, agradecerlo a quien lo hace conmigo, maniobrar bien en los aparcamientos, tener paciencia en las retenciones.
Para sentirme a gusto viviendo también necesito hacerlo bien.
Para sentirme a gusto viviendo también necesito hacerlo bien.
1 comentario:
lo de mantener la distancia de seguridad ya es difícil, pero tener paciencia en las retenciones es de conductor de primera con matrícula de honor con chirimbolos.
Tienes razón: "sentirse a gusto" es clave, y resulta mucho más cálido y amistoso que el imperativo categórico. Se nota que Kant era prusiano y tú gallego.
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