domingo, 26 de febrero de 2012

Lo último que se pierde

¿Qué se pierde antes de que se pierda la esperanza?

4 comentarios:

Cristina Brackelmanns dijo...

El deseo de lo esperado, que es lo mismo que decir la vida.
Antes de perder la esperanza siempre estamos muertos.

Jesús dijo...

¿Pierdes el deseo y después queda ya sólo la esperanza? Pero ¿no es la esperanza deseo?

“Antes de perder la esperanza siempre estamos muertos”. ¿Cómo “antes”? Será “después”, ¿no?

Cristina Brackelmanns dijo...

Vamos a ver. Si después de la esperanza perdiéramos la vida, la esperanza sería lo penúltimo que se pierde ¿no?
Así que, o se pierden juntas, o primero la vida y luego la esperanza. Yo me inclino por lo último.
Y deseo y esperanza no pueden ser lo mismo por la sencilla razón de que hay deseos desesperanzados. Lo que no hay, sin embargo, es esperanza sin deseo.
Luego, rebobinando: se muere el deseo, con él se va la vida (o un pedazo de ella -alguien dijo que vivir es desear, que somos criaturas deseantes) y con ella (o con ese pedazo de ella) la esperanza.
Otro modo de decir lo mismo sin liarse tanto es ese: "mientras hay vida hay esperanza".

Un abrazo, Suso
PS: llevo un rato intentado descifrar las letrujas esas, que mira que tienen mala milk, y me está entrando un complejo gordísimo de robot. A ver si ahora...

Jesús dijo...

Con lo del deseo estuve ciego y tienes toda la razón. Anduve falto de reflejos (el de la frase creo fue San Agustín, si bien la suya habría sido "la vida cristiana es un largo deseo", o algo así).

Y, ciertamente, lo de que "la esperanza es lo último que se pierde" es muy liante. Todo es más claro con "mientras hay vida hay esperanza" (y viceversa).

Es decir, que me has tumbado pero bien, de lo cual me alegro.

Un abrazo, CB.