Librado a mí mismo sin más fuerza que el honor, el amor y la esperanza.
Se siente a veces el peso acumulativo de la vida, incluso por adelantado, en su densidad de futuro.
Dulzura exquisita y perfumada de un amor no iniciado que ya es pleno.
¡Cuántos son los momentos en los que uno desearía actos purísimos de vida, sin historia!
Recogido en mí, de noche, con un bocado de esperanza lamiéndome los labios.
Taladrado de vida, amor y esperanza, soy un agujero por el que circula el aire.
Patria soy, para que hagas pie, tú que me buscas, en mí.
No podemos aparecer del todo en nuestra carne. Algo permanece siempre incógnito y secreto.
El hombre no se resuelve aquí, la vida no se resuelve aquí, el mundo no se resuelve aquí. Todo queda aplazado.
2 comentarios:
enorme, enorme, enorme nueve veces.
Nueve veces gracias, Cristina.
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