lunes, 27 de diciembre de 2010

De primerísima actualidad

De cuando en cuando un escritor o crítico protesta porque tal o cual autor haya caído en un relativo olvido o no parezca estar ya muy presente. Hace poco, y por poner un ejemplo, era Torrente Ballester al que no se quién quería rescatar en no recuerdo qué periódico. Otros días será Fulano, otros Mengano, etc., etc., etc. Mas, ¿qué significa estar en el limbo de los no atendidos? ¿Que no los pasean suficientemente por los mass media de cuando en cuando? ¿Que no se habla de ellos en los clubs literarios? ¿Que han caído de la primera división a la segunda o a la tercera?
Limitémonos a los autores españoles de este siglo. Es imposible que todos ellos y al mismo tiempo estén cada año en el candelero de la actualidad. Las atenciones por unos y otros tendrán que ir relevándose, dejando de lado ahora las intenciones que haya detrás de esas atenciones o desatenciones. Pero es que, además, esto no importa nada. La actualidad mediática de un autor pasado sólo sirve si le consigue nuevos lectores, que acaso desconocían su existencia o su obra. Lo importante entonces es el lector, lo único que podría interesarle al autor muerto, y ese lector, que puede estar en Helsinki o en Dakar, no va a decir a voz en grito que está leyendo Quizá el viento nos lleve al infinito, por seguir con Torrente Ballester, para concederle actualidad mediática. Lo verdaderamente actual, es decir lo verdadero, es el encuentro íntimo que tiene lugar entre el finlandés y el senegalés con el autor ferrolano. Y ya está. La literatura es intimidad, no publicidad, el encuentro de un creador y el recreador que es todo buen lector. Si en este momento un solo hombre en el mundo está leyendo un libro de Don Gonzalo Torrente Ballester, este ya está de primerísima actualidad. Y así con cualquier otro. Lo demás es mentira, o por lo menos es solo una pequeña parte de la verdad de la literatura.

2 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Me ha gustado mucho Suso.

Un abrazo.

Jesús dijo...

Gracias, Javier.
Un abrazo.