Hace años un profesor de educación plástica de un instituto me dijo que la destrucción de las torres gemelas de Nueva York era la gran obra de arte de los últimos tiempos. ¿La gran performance, el mejor videoarte? No lo precisó ni yo se lo pregunté. No lo dijo en tono frívolo, ni epatante, sino con absoluta normalidad. “Dios mío, pero si fue una tragedia. Murieron miles de personas”. “Por supuesto, no paso eso por alto, pero considera la poderosísima fuerza de las imágenes, esos aviones impactando con terrible violencia contra las Torres Gemelas”. Mi interlocutor no pretendía de ningún modo ningunear la tragedia sino que se limitaba, me parece, a poner una nota a pie de página para señalar su valor visual, estético. No sé. Es cierto que las imágenes de esa mañana del 11 de septiembre de 2001 son arrolladoras, subyugantes, casi fascinadoras, pero a mí me resultan tan apabullantemente trágicas -estamos hablando del asesinato de 2.752 personas- que no podría abstraerme de su horror ni un segundo para verlo desde esa otra perspectiva. Esa nota al pie, ¿es inmoral? ¿No lo es?
2 comentarios:
Esta anécdota la recuerdo del otro día. Y el comentario de que los padres no llegarían a recoger a sus hijos a la guardería... a no ser que saltaran por la ventana.
Sí, yo iba a comentar que al día siguiente de la cena, la entraba iba ser ésta.
Gracias Pa..., digo Manubrio del Ébano.
Publicar un comentario