jueves, 6 de septiembre de 2012

El Cristo de Borja



La perpetradora del desaguisado de Borja, Doña Cecilia Giménez, sin quererlo ni saberlo fue fiel al retrato del Siervo de Yahvé que traza el libro de Isaías en los capítulos 52 y 53: “Tan desfigurado estaba su semblante que no tenía ya aspecto de hombre” (52,14). “Sin gracia ni belleza para atraer la mirada, sin aspecto digno de complacencia” (53, 23). Pero el asunto es tan chusco y disparatado que no me parece que permita ni siquiera una aproximación de este estilo. Haría falta una ironía, un humor a lo divino, para obtener algún tipo de jugo teológico.

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