No recuerdo en
qué cuento de Poe el ladrón, si es que era un ladrón, escondía un objeto robado
dejándolo a la vista. La policía, tras asaltar su piso, rastreó minuciosamente
la habitación sin resultado, pues supusieron, con toda lógica, que debía estar
en el más invisible de los sitios. Nunca habrían imaginado que se le hubiera
ocurrido esconderlo no escondiéndolo.
Me pregunto cuántas cosas en la vida no vemos porque, como en el
cuento de Poe, están a la vista.
(Rocío)
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