Si la serpiente fue condenada a arrastrarse sobre la tierra
significa que antes se desplazaría en posición vertical, muy erguida, tal vez
dando saltos como un muelle. Resulta simpático imaginarla en esa posición, tan
pizpireta, como un fino y elegante bastón, sin ojos hechizantes ni lengua
bífida. “Sobre tu pecho andarás”, le dijo Yahvé castigándola tras haber tentado
a Eva. Y no ha vuelto a levantar cabeza, la pobre.
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