Algo muy fuerte dentro de mí, de un tiempo a
esta parte, me escora hacia la mudez, postula un voto de silencio, el que tanto
les envidio a los hermanos cartujos. Libres quedan de juicios, de maledicencias,
de cotilleos, que deberán ir acompañados, claro, de silencios de la mente, para
que no haya tampoco malos pensamientos, y de silencios del corazón, para que no
haya malos deseos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario