Tiene que haber en cada
época un nivel de bondad suficiente que la salve. ¿Hay épocas más propicias
para la bondad que otras? Siempre habrá un incorruptible, la manzana sana que
no estropearán mil manzanas podridas. Con él nos salvamos, sin él perecemos. No
parece que vaya a faltar nunca ese hombre, esa mujer, esos hombres y esas
mujeres, las piedras de toque que nos digan a los demás cuánto valemos, mucho,
algo, poco, nada, pero sobre todo que nos den la mano para elevarnos hasta
ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario