lunes, 17 de febrero de 2014

Qué tarde más extraña

El día está quieto, no habla, ¿está triste? Es un día gris, parado, de un extraño mes de enero, que no sabe muy bien hacia dónde camina, aunque sabe que va hacia delante, muy lentamente. Podría muy bien convertirse de repente en un día de sol, si se soltase hablar, si se desatase su lengua. Pero permanece en silencio, calla. Si al menos lloviera, si hiciese viento, si pasasen más coches que los que pasan. ¿Pero no está todo el silencio dentro de mí? ¿No soy yo el que se siente incapaz de hablar? ¡Qué tarde más extraña, qué dulce, qué solitaria!

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