Uno no sabe a santo de qué la editorial RBA presenta El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio
(edición de 1995), como una novela que “delata de forma implacable el atroz
vacío de una vidas”. Ni esa implacabilidad ni la atrocidad de ningún vacío los
vio uno en página alguna. Por un lado tenemos un grupo de chicas y chicos
veinteañeros, procedentes de Madrid, que pasan en la orilla del Jarama un domingo
de algún verano de los primeros años de la década de los cincuenta, y por el
otro el discurrir coloquial entre los propietarios, los clientes habituales y los
de paso de una taberna cercana a ese mismo río. Hablan aquellos y hablan estos
de temas cotidianos, más livianos unos, menos livianos otros, con perfecta
normalidad dominguera. Podrían esperarse toneladas de cotilleo inmisericorde,
de cutrez española años cincuenta, del bordoneo de las moscas en torno a las
tarteras. Pues no. Estamos ante gentes educadas, sensatas, sin grisalla
postguerracivil, con sus penurias y sus alegrías, sus agobios y sus diversiones.
A unos les va mejor; a otros peor. Aquel “atroz vacío”, de tenerlo, lo
disimulan pero que muy bien. Supongo que, en día de domingo, lo han dejado en
casa. Los jóvenes se comportan como jóvenes; los mayores como mayores; el propietario
de taberna como un propietario de taberna. Son hasta muy cliché, si se quiere,
a tantos años vista. Pero no son marionetas de ninguna ideología
vacíoexistencialistadepostguerra, y si lo son el que esto escribe no se ha
enterado. El final termina con tragedia, sí, pues una de las chicas muere
ahogada en el Jarama. Pero no es la típica desgracia que espabila a quienes
estaban presos en un marasmo vital. Lo que ocurre es que, entonces como ahora,
la gente puede morir ahogada un domingo de verano.
2 comentarios:
Me encanta que seas crítico. Hace falta, es urgente en el mundo del arte. Hay demasiado papanatas por ahí repitiendo tonterías sólo porque aparecieron escritas en tales papeles o porque las firmó alguien determinado.
Saludos
No concebiría no serlo. ¿Se puede ser hombre sin ser crítico, es decir, evaluador, con los sentidos y la mente muy abiertos?
Saludos.
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