Más que acciones lo que tiene La Celestina son parlamentos. A imagen de ella, gran habladora, son los demás, parlanchines sin descanso, en una historia de escaso acaecer y mucho sentir. La Celestina urde, engaña y seduce valiéndose de gran aparato verbal: teje su telaraña con lengua de víbora parlamentaria.
2 comentarios:
La comparación es muy buena, Suso. Al igual que las víboras parlamentarias, Celestina lleva a su víctima a la perdición haciéndole creer que trabaja en su beneficio, que gracias a ella lograra sus deseos (por ejemplo: recibir los euros alemanes sin tener que sacrificarse).
La entrada es sólo un breve comentario de "La Celestina" y en ningún momento tuve presente la realidad actual. Pero puede aplicársele, tal y como tú lo haces.
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