jueves, 27 de noviembre de 2014

El empleado holgazán (y mentiroso)

En la parábola de los talentos, el que había recibido uno y sólo devuelve uno se inventa una coartada con una mentira, pues ¿por qué le dice a su amo “que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces”, si, habiéndole entregado un talento, había por lo tanto sembrado y esparcido? Justa razón tendría si, habiéndole dado cero le exigiese uno, pero no ha sido así: le ha dado uno y por lo tanto tiene todo el derecho a segar y recoger dos. Es tan indecente e irrespetuosa su tergiversación de los hechos que hay que referirse a su mentira como a una “asquerosa mentira” por mor de que quede bien claro su alcance. Una vez que vio que sus compañeros habían duplicado lo que habían recibido, debió sentirse tan aplastado que carga contra su amo con tal ruindad y cobardía que le reprocha que sea lo que no es: miente a sabiendas de que miente, prevarica, y así casi diríamos que peca contra el Espíritu.

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