La razón vital (Ortega y
Gasset), la razón húmeda (Alfonso Pérez de Laborda), la razón cordial (Adela
Cortina), y otras de este tenor que habrá por ahí y que yo desconozco: en los
siglos XX y XXI se le ha dado a la “mera razón” ilustrada lo que le faltaba y
que la completa hasta hacerla más y mejor razón. Ya no se podrá decir, con
Pascal, que “el corazón tiene razones que la razón no entiende”. La de ahora,
cordial, húmeda, vital, si que las comprende, si no todas sí algunas, o muchas
incluso.
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