viernes, 6 de junio de 2014

Subidón

A veces tengo subidones de alegría y el ritmo cardíaco se me dispara. Y yo le digo: “quieto, corazón...”

2 comentarios:

L.N.J. dijo...

Es que la alegría es así, sólo el corazón puede palpitarla y después llevarla al resto del cuerpo, del alma y seguir hacía tantos lugares...

Saludos

Jesús dijo...

Es expansiva, como las ondas que suceden a la primera tras tirar una piedra al agua.