Vuelvo a lo del cielo de Madrid para decir que es literatura, apunte de poeta y no de astrofísico, cosa buena por tanto, como lo es siempre la literatura si buena es. ¿Y a cuenta de qué todo esto? Pues a que miro el cielo de aquí, en Silleda, y no veo que no tenga él lo que el pasado día 15 observé que tenía el de Madrid. Todo esto no importa nada, obviamente, y no seré yo el que le discuta a nadie que el cielo de Madrid sólo lo tiene Madrid. A cada uno su cielo, y ya está, que buenos son los amores hiperbólicos y lo demás quisquillosidades.
2 comentarios:
Ya puedes volver a Madrid, Suso: ayer llovió y vuelve a estar azul-manto-de-la-Inmaculada.
Imposible para mí saber si el cielo varía su tono de un sitio a otro, y si eso tiene un fundamento científico (como la filtración del sol u otras causas). Desde luego, los atardeceres de Madrid no los he visto en ningún otro sitio, será que no me he fijado.
Yo creo que, salvo cuando se trata de verdaderas excepciones, que cielos,amaneceres, atardeceres y demás, son más o menos iguales en todos los sitios. Mas, ¿que más da?
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