martes, 5 de julio de 2011

Thelma y Louise


Una road movie es una soul movie. Al paso de un horizonte que cambia, el alma se muda, crece. Esto es lo que siempre pretendieron este tipo de películas, entre ellas Thelma y Louise. Desde la última vez que la vi, hace ya un montón de años y era la cuarta, creo que no perdió nada de su fuerza, sobre todo la parte final de su metraje. Geena Davis siempre podrá decir: “yo fui Thelma”, y Susan Sarandon: “yo fui Louise”, que es tanto como decir: “saltamos al vacío y encontramos la libertad”. ¿O es que significa otra cosa ese final en el que, lanzadas al vacío del Gran Cañón, se congela la imagen y su Ford Thunderbird (pájaro del trueno) queda suspendido en el aire?

1 comentario:

Thiferet dijo...

Cuando saltamos al abismo creo que es mejor quedarse suspendido en el vacío que caer de nuevo y tener que volver a subir, aunque es inevitable la rueda pienso que hay que conseguir que el conocimiento adquirido le crezcan alas para no perder la conciencia mientras vivimos con los pies en la tierra.

Un super super abrazo desde la cruz que tiene clavado mi corazón en Daath.