viernes, 30 de abril de 2010

De un amor

Quedar colgado de un amor y ya no saber vivir. Todo se va en ansias y desfallecimientos. El centro de uno queda fuera de uno y uno quiere estar en su centro, lo esencial, la vida misma, el aire todo. Si vive, vivimos, si muere, morimos.

5 comentarios:

Thiferet dijo...

(una sonrrisa)
Que sencilla manera de explicarlo, me gusta.

Cristina Brackelmanns dijo...

Mala cosa, Suso, mala cosa y peligrosa, ceder ese centro alrededor del cual se gravita. Creo que hay gente que lo vive de otro modo, que no constituyen al otro en centro de sus vidas, y que hablan un idioma que dice "me da esto, me aporta aquello, estoy a gusto, vale mientras funcione, me interesa, no me interesa..." Esos, del tipo contratistas, de los que se tiene mucho que aprender, como mucho comparten, intercambian... pero nunca se descentran, y nunca jamás se verán orbitando como planetas estúpidos y oscuros alrededor de soles muertos.
Mira que lleva años diciéndolo Battiato, que los centros de gravedad o son permanentes o estamos perdidos...
Un abrazo fuerte.
Cristina

Jesús dijo...

Ser sátelite de un planeta y ser planeta de un satélite. ¿Sería ésta la fórmula adecuada?
Un abrazo fuerte.
Suso.

Cristina Brackelmanns dijo...

¿O quizá dar vueltas juntos alrededor del mismo centro... ?

Desde luego amar es salir del propio centro, pero no sé si la solución es ponerlo en el otro, tampoco tengo muy claro hoy de qué otro se trata.

Que es uno más de los méritos de tus textos, sus múltiples lecturas. Según el día dicen distintas cosas.

Gracias por todas ellas y que tengas un feliz lunes.

Jesús dijo...

Ten en cuenta, Cristina, que muchos de mis textos no describen un "deber ser" sino un mero "ser" imaginario, ficticio. Más que ensayitos, serían relatitos.
Un abrazo.