viernes, 22 de agosto de 2014

Ganancia de tiempo

Son muchas las mañanas en las que, en torno a las doce o doce y media, me entra un sueño horrible y necesito echarme un rato. He sabido por mi tío Luis que a esto se le llama “la siesta del carnero”. Después de comer vuelvo a echarme una siesta, la siesta por antonomasia. Y por la noche, a dormir de nuevo. Nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo y no es una pérdida sino una ganancia de tiempo. Cuando era joven no pensaba así: dormir, “¡qué pérdida de tiempo!”; también pensaba que cuanto mejor sería poder tomar una pastilla y no tener que gastar tanto tiempo comiendo. Por fortuna ser joven no dura siempre y de sus estados febriles uno se cura y pasa a ser un adulto, que gana el tiempo comiendo, que gana el tiempo durmiendo. ¡Dulces ganancias que la mejor edad trae consigo!

No hay comentarios: