¿Qué pasa, ya no sé estar quieto, esperando
la palabra, sino que enseguida empiezo a removerme en la butaca, a curiosear en
internet, para sortear el vacío? ¿En qué paró tu aprendida paciencia y quietud?
Me son difíciles últimamente, por lo que se ve. ¡Con lo bien que te demorabas
en las nubes que pasan, en lo visto más allá de los cristales!
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