Importa poco que veas la mano del pobre en
la que depositas la moneda si no ves sus ojos y él no ve los tuyos: debe haber
un cruce de miradas que convierta en encuentro personal lo que podría quedar
reducido a un puro trámite. Nos debemos
el uno al otro.
4 comentarios:
Tienes razón, pero yo rehuyo inconscientemente la mirada de aquél a quien doy limosna ¿sabes por qué? Me da vergüenza mi gesto de aparente superioridad. Lo hago por respeto al que pide, porque no se sienta observado o reconocido en su situación de debilidad, como respeto a su intimidad desgraciada.
Soy yo mu rara, lo reconozco.
Claro, éste es el problema. ¿Y si se siente humillado al mirarlo, cuando uno no pretende sino "reconocerlo" como un igual? Él no está en condiciones de sentirse igual y mi mirada, ciertamente, puede sentirla como una humillación. No lo había pensado, gracias. Lo ideal es que pudiera conseguirse lo que tú dices y lo que yo digo, un tipo de mirada amorosa, personalizadora, inequívoca a este respecto, y que pudiera ser captada así por el necesitado.
Uma linda frase expressada com toda verdade.
um dia feliz e abençoado.
Evanir.
Muchas gracias, Evanir.
Publicar un comentario