Lo que en mí no halla asidero ni asiento, lo que en mí resbala y no queda, aquello para lo que soy arena y no tierra, todo lo que no encuentra casa en mí: ¿podrá ser mío algún día?
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Los senderos de la vida son innumerables y de aquellos que renegamos puede que acabemos aceptando y de esos que olvidamos, talvez se encuentren a nuestro lado. ¿Dónde estar, quien ser y que apreciar? Solo el tiempo y nuestro destino nos lo dirá.
1 comentario:
Los senderos de la vida son innumerables y de aquellos que renegamos puede que acabemos aceptando y de esos que olvidamos, talvez se encuentren a nuestro lado.
¿Dónde estar, quien ser y que apreciar?
Solo el tiempo y nuestro destino nos lo dirá.
RD.
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