Hagamos que “realidad” signifique “naturaleza”,
de modo que al decir que deseamos “un golpe de realidad” se entienda que
queremos “un golpe de naturaleza”. No acaba uno de ser persona si el viento y
la lluvia no te golpean; si no caes en el barro y te ensucias; si no te quemas
un dedo al intentar encender la hoguera; si, entre los robles, no te cae una
bellota en la cabeza; si el mar no te envuelve con sus olas algún día de
verano; si no se te congelan las manos cuando apelmazas la nieve para el
muñeco; si no se te rompe alguno de los huevos que acabas de recoger en el
corral y se te quedan los dedos embadurnados; si…
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