martes, 11 de diciembre de 2018

¡Maestra, o vento vén torcido!

Qué gracia nos hizo lo que nos contó María sobre un alumno de infantil hace ya muchos años. Su aula estaba separada del edificio en el que estudiaban los alumnos de primaria y en el que se encontraba también el comedor. A la hora de comer, pues, los tenía que traer aquí. El caso es que un día hacía bastante viento y, cuando estaban comenzando a subir la cuesta, uno de los pequeñajos, al notar cómo el viento le impedía moverse, le gritó a mi hermana: “¡Maestra, o vento vén torcido!”

1 comentario:

Josefina dijo...

¡Me encantó! :)