Me resultó imposible leer El doctor Zhivago sin tener
continuamente delante de los ojos los rostros de Omar Sharif y Julie Christie,
protagonistas de la película homónima de David Lean. Dado el profundo aliento
poético de esta, la novela se llenaba de
él y creía estar leyendo una novela-poema. ¿O será que el director británico
rodó una película poética porque era el único modo de hacerle justicia a la
obra de Boris Pasternak? El caso es que, con un Sharif-Zhivago y una
Christie-Lara tan aureolados de poesía, la lectura de la novela de Pasternak fue,
a la par que un acontecimiento narrativo, un acontecimiento poético.
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