domingo, 19 de abril de 2015

Palpadme

“Palpadme” (Lucas 24, 39). Jesús resucitado es tangible, como él mismo se lo hizo ver a sus asustados y sorprendidos discípulos cuando se les apareció. ¿La tangibilidad de su cuerpo resucitado era la misma que la de su cuerpo terreno o era de otro tenor? Que se ofrezca a ser tocado, palpado, por sus discípulos para que disipen sus dudas resulta entrañable, y también el que les muestre sus manos y sus pies. Jesús, tras haber “palpado” sus llagas Tomás el incrédulo, podría haber afirmado: “dichosos los que creen sin haber tocado”. En cualquier caso a Jesús, no sólo se le ve y se le escucha, también se le toca. Bien que lo sabía el autor de la primera carta de San Juan cuando escribió: “lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos” (1 Juan 1, 1).

No hay comentarios: