El considerado beso más largo de la historia del cine ocurre en
Encadenados, de Hitchcock, y sus
protagonistas son Ingrid Bergman y Cary Grant. Hay que precisar, sin embargo,
que el beso en cuestión no es todo él beso en sentido estricto sino que entrevera
palabras que se susurran dentro del espacio mínimo que dejan entre sí las bocas
cuando apenas suspenden su contacto. Podríamos llamarlo un “beso hablado”.
Otros dos “besos hablados” los ofrece Hitchcock en La ventana indiscreta, protagonizados por Grace Kelly y James
Stewart. El beso de la pasión, en su frenesí, no admite trenzados de ningún tipo;
el de la ternura sí, y es ella por tanto la que se expresa en estos besos
hitchcockianos, pues, sin ánimo frenético, sabe alargarse y abrir espacios para
palabras que apenas se pronuncian.
(La bisagra)
(La bisagra)
2 comentarios:
Bella y sabia reflexión
Gracias, Inmaculada.
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