“Perdono pero no olvido”. Un “pero” adversativo, un “pero” adversario, que me chirría en los oídos como una pura contradicción. Decir “no olvido” es declarar que se va a actuar en contra del olvido, que uno va a mantener vivo el recuerdo del dañador y el daño, para que no decaiga la vigilia, la vigilancia de quien nos hirió. ¿Cómo se va a poder perdonar si al mismo tiempo no se abandona esa memoria vigía? Contra esta contradicción, el pleonasmo: Perdono luego olvido.
2 comentarios:
"Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande -oráculo del Señor-, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados." (Jeremías,31:31-34). Acabo de oírlo hace un rato en la primera Lectura.
Gracias, Suso.
Gracias a ti, CB.
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