Desde el guiñapo que se levanta de la cama hasta el hombre compuesto que sale para el trabajo, ha tenido lugar un proceso estético, reconstructivo. Primero la limpieza interior -vaciado de vejiga e intestinos-, después la exterior -ducha y cambio de indumentaria- y finalmente el mantenimiento -desayuno-. El orden puede variar, claro, dependiendo de las preferencias del individuo. El caso es salir hermoseado al mundo.
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