"-Pero Suso, ¿por qué no dices nada?
-Me lo ha prohibido el médico".
-Me lo ha prohibido el médico".
¡Ojalá! Así ya tendría una excusa inexcusable, valga la redundancia, para no meterme en discusiones de las que salgo tantas veces confuso y acalorado. "No, mirad, es que no puedo. Mi psiquiatra me ha ordenado que evite todo lo que altere mis nervios". Y, así, como buen chico y mejor paciente, obediente, sería el perfecto convidado, no de piedra, sino de carne y sangre serenísimas allí donde los demás se tiran las palabras a la cabeza.
3 comentarios:
Qué gracia, esta mañana mismo venía al trabajo pensando algo parecido. En que tenía que aprender a sonreír y callar. Como la esfinge pensé primero; después me acordé de lo perversa que era - que hay silencios que matan- y decidí que como Monna Lisa, que parece más relajada. Me ha durado un par de horas. Harían falta tapones de cera, y me temo que ni aun así, que habría que volver a nacer.
Tu toque maestro, CB. "Volver a nacer", y no volviendo al vientre de nuestra madre, como pensaba Nicodemo, sino "de arriba".
Ahí. Pero qué partos tan largos a veces y tan difíciles.
(P.S.Te agradecí el borrado, me arrepentí al momento, por eso del tercer daño y "las alabanzas vanas...aunque algunas veces dicen verdad alabando gracia y hermosura...". En fin, que sí, que ya sabemos que todo es prestado y lo demás es tontería)
Hoy me toca poner "proustp", qué cosas.
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